Delante de mí tenía a dos rubias y una morena preguntándome quién le gustaba a un tal Marcos. Yo no tenía ni idea. Pero pensé que de ser alguna, tenía que ser la morena. Quedé totalmente sorprendido ese día, pues como suele ocurrir en la infancia, a menudo descubres cosas que no estás preparado para comprender. Y surgen preguntas sin respuesta como “¿Por qué no quiero dejar de mirarla?”. Así que la señalé con el dedo y las tres rieron. No sería la última vez que las vería reír.
Barcelona, en algún momento de 1991
Barcelona, en algún momento de 1991
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